Manucho no quiere tirar la toalla en Pucela

Terminaba el partido de Copa del Rey entre Celta de Vigo y Real Valladolid y los aficionados blanquivioleta sólo tenían buenas palabras para un futbolista. Por muy raro que pueda parecer los vallisoletanos lanzaban piropos y elogios sobre Manucho. El delantero angoleño, que había debutado esta temporada al saltar en el descanso, dejaba buenas sensaciones al ser el futbolista más destacado de un partido para olvidar.

El angoleño no ha destacado en Vigo por sus goles o técnica individual sino por su actitud, mayor punto negro del ex del Manchester United en la temporada completa que estuvo en el Pucela hace dos años. Todos en Valladolid le conocen. Para bien o para mal se sabe las condiciones futbolistas del ‘25’ blanquivioleta. Puede ser mejor o peor jugador pero Manucho tiene condiciones que ofrecer y de las que el Real Valladolid se puede aprovechar. Su envergadura le hacen válido, su remate de cabeza aprovechable y su zancada temible para los rivales. Es cierto que Manucho no es el delantero que se nos vendió desde algunos frentes cuando firmó por el Real Valladolid pero, tampoco, es ese jugador de nivel bajo que ha demostrado y se ha comentado en los últimos meses. Manucho es mucho más jugador de lo que se ha visto recientemente y lo es mucho menos si tiene la actitud y las ganas del partido de tercera ronda de Copa del Rey ante el Celta de Vigo.

Los 45 minutos que Manucho ha disputado en el estadio de Balaídos dejan claro que el ex del Hull City, Manisaspor o Bucaspor no quiere arrojar la toalla en el Real Valladolid. Ya sea porque ha cambiado su filosofía o porque quiere limpiar su imagen, hoy se puede afirmar que el angoleño ha dado un cambio. Pequeños gestos así lo demuestran. Antes de saltar al terreno de juego, cuando se preparaba para saltar al césped vigués, el futbolista ha tenido un gesto con todos y cada uno de los compañeros que estaban en el banquillo. Más tarde, y ya con la mala imagen pucelana presente, el delantero ha sido el único que ha intentado hacer algo diferente en el tapete de Balaídos. Pequeños detalles que hoy le enmarcan le mataron en su día en el estadio José Zorrilla.

El tiempo será el único que puede decir si el cambio de actitud de Manucho en el día de hoy es pasajero o duradero. Mucho dependerá de la confianza de Miroslav Djukic pero lo cierto es que el angoleño ha cambiado y el Real Valladolid se debe aprovechar de ello.
Imagen de 'Norte de Castilla'

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